Un buen día rompí a postear como Forrest Gump comenzó a correr.
Sin ningún objetivo concreto y renunciando a cualquier meta.
Por el camino fui descubriendo que el post es un magnífico
campo de experimentación digital que permite explorar nuevas
formas de expresión.
Ahora no se si la blogosfera es una gran caja de posts, o si
bloguero es el que dice bloguerías.
Pero reconozco que tiene razón un amigo mío cuando asegura que,
con un blog, disfruto más que un tonto.
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