La noche del Jaguar.

No iba a ser una conversación fácil, pero no me pagaban
75 € al día más los gastos por hablar del mar y de los peces.

- Debes creerme Pepe, nunca pude imaginar que hubiera un
Jaguar en el garaje...
- Un Jaguar no es precisamente un automóvil que pase
desapercibido, señora.
- ¿Y quien está hablando de un automóvil? Era una fiera salvaje
con uñas y dientes, Pepe. Un gato enorme que se abalanzó sobre mi,
dándome un susto de muerte.
- No sabía que su marido tuviera un zoológico en casa.
- ¿Y por qué crees que me separé de él?

Pepe Génova.

Me habían encargado que husmeara discretamente entre los trapos sucios
del partido por la parte de levante, a razón de 75€ al día más los gastos.
Había tanta mugre, que me daba igual por donde empezar.
Empecé por la Z y allí me encontré con Eddy Zhaplan sentado al piano
de un garito valenciano, cantando un bolero.

- Eddy, ¿sabes por qué a Fabra le toca tanto la lotería?
- No, pero si me la tarareas...