Nadie sabe nada de ellas, salvo que son murcianas.
Deambulan por los territorios fronterizos de Lavapiés, pasando
casi inadvertidas entre la algarabía local.
Idénticas en sus insólitos atuendos y gemelas en su atemporalidad,
caminan siempre del brazo indiferentes a todo.
¿Amigas, hermanas o amantes? Quizás las tres cosas.