viernes, 2 de septiembre de 2011

Furones y Olé.


Compartí con Miguel Angel Furones distintas experiencias, pero ninguna tan
insólita como la del día que nos confundieron con un torero y su apoderado
en un famoso local brasileño de la Costa Azul.
Estabamos disfrutando de unas caipirinhas, cuando se nos acercó un caballero
para felicitarme efusivamente por el éxito en la plaza de Nimes.
Ante mi asombro, Miguel le siguió el juego, presentándose como aporderado
del diestro, y a los pocos minutos teníamos al local entero pendiente de
nuestro garbo torero.
A partir de ahí, todo fue un crescendo de invitaciones a Moët Chandón,
mulatas en el regazo y olés en nuestro honor.
Incluso los músicos nos dedicaron un pasodoble a ritmo de samba.
Aquello no podía terminar bien y si acababa como era de esperar, nos
podía salir muy caro.
Así que Miguel Angel, sobreactuando su papel de apoderado, se dirigió
a la afición en estos términos: "Muchas gracias señores, pero mañana
toreamos en Pamplona y el maestro debe retirase a descansar"
Y acto seguido, salimos del local acompañados de un monumental aplauso.

Un abrazo Maestro, y corríjame si me equivoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario