domingo, 21 de agosto de 2011
Confusiones de un publicitario - 10.
Tuve una novia de familia superbien que, además de brillante abogada,
era una activa militante del Psoe a los más altos niveles.
Gracias a ella traté de cerca a la nomenclatura socialista, uno de cuyos
ministrables, al conocer mi profesión, me propuso colaborar
publicitariamente con su asociación de distrito.
Cuando le confirmé mi entuasiasmo por la causa, no podía suponer que una
fría noche de invierno me proporcionarían un cubo de cola y una brocha
con los que pegar carteles del partido bajo los oscuros puentes de la
ciudad universitaria. Ni que, estando entregado a tan creativa labor,
aparecerían los Guerrilleros de Cristo Rey procedentes del plano más
violento de la Naranja mecánica.
Si salimos de aquella fue porque mi novia los conocía de toda la vida,
por ser vecinos de la calle Velázquez.
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