Mientras el lusitano pasaba olímpicamente de ellos, algunos miembros
de la directiva cantaban "Ay, portugal por qué te quiero tanto!",
otros suspiraban "Menos mal que nos queda Portugal!" y el presidente
le susurraba a ritmo de bossanova:
"Eu se que vou te amar y eun daria a minha vida por a supercopa".
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