Ni princesa del pueblo, ni novia de España, ni nueva cenicienta.
Belén Esteban es el sustitutivo mediático de aquellas muñecas
(legionarias, asturianas o flamencas) que el pueblo llano ponía
encima de la radio, y luego de la televisión, sobre el mantelito
de cretona. ¿Si o no?
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