sábado, 24 de agosto de 2013

NOTICIAS DE CAMPS


Decían que se había retirado a meditar, pero lo que hizo fue tirarse al monte
para dar rienda suelta a sus ansias de revancha. Allí fue acogido por una
comunidad de curas trabucaires que lo iniciaron en las artes del desplante
serrano, haciendo de él un maestro en el farruquismo más arriscado.
Ahora contribuye al atractivo turístico de la serranía valenciana, pero cualquier
día se lía la manta a la cabeza y se planta en Génova para cantarle las cuarenta
al lucero del alba.

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