Cuando a la pequeña agencia que monté en 1982 le adjudicaron
la campaña del CDS, lo primero que pregunté a Adolfo Suárez
es si quería ganar las elecciones.
Naturalmente, Suárez dijo que sí.
Entonces déjenos utilizar la grabación del golpe de estado.
Muéstrele a la gente el hemiciclo vacio y a usted sentado en su escaño
y tendrá mayoría absoluta. Mensaje: Adelante sin miedo.
Adofo se echó a reir, criticó amablemente nuestra ignorancia política
y nos encargó una campaña intrascendente con la que el CDS conseguría
dos escaños, y nosotros un inpagado multimillonario.
Siempre que lamento aquella confusión, me pregunto por el verdadero
significado de un gesto presidencial que dignificó la democracia
y arruinó mis sueños.
Tienes una pregunta sin respuesta para el resto de tu vida. A mí tambien me hace pensar...
ResponderEliminarAsí es, amigo. Visto lo visto, más que pensar hay que constatar...
ResponderEliminarYo creo que Suárez te mintió -o se engañó a sí mismo- cuando te dijo que quería ganar las elecciones, cuando la situación política en general daba a su partidillo como claro perdedor. Dicho de otro modo: una campaña política "ganadora" no puede corresponder a una opción política que se sabe "perdedora" de entrada (lo cual vendría a decir en el fondo que lo único que hace una "buena" campaña política es reflejar -y por consiguiente reforzar- una situación preexistente. ¿Te vale como respuesta? Un abrazo.
ResponderEliminarLa teoría es correcta, Antonio. Lo que si pude percibir en aquella situación es que Suarez calculaba sacar los escaños suficientes para funcionar como bisagra y con aquella campaña se quedó corto. ¿Recuerdas que el mensaje era Como Debe Ser? Más corrección imposible.
ResponderEliminarUna de las razones por las que cerró Hijos de Valeriano Pérez a mediados de los 80 fue por el agujero que les dejó UCD-CDS
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