viernes, 22 de julio de 2011

Pepe Génova-2


"Se había operado la cara y lucía un implante capilar bastante
convincente, pero el instinto me decía que aquel magnate brasileño
de la confección era el tipo que buscaba.
La trabilla italiana de sus pantalones y la displicencia con la que
se escabulló de mis preguntas, reforzaron mis sospechas.
¿Quien sino él podía confesar que lo primero que hizo al llegar a Río
fué mirarse en el espejo y decir que tío?
Cuando constaté que su atildado secretario personal se había afeitado
recientemente el bigote, no me cupo la menor duda. Era él."

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